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martes, 2 de junio de 2020

El castillete del puente del Burgo


"…un puente alomado de tres ojos, con rampas rectas, tajamares y apartaderos, sumado a dies­tra de una puerta defendida por dos torres almenadas, a siniestra de muralla almenada y en el centro de una cruz latina piñonada de dos piezas…".

En este fragmento de la descripción de nuestro escudo heráldico se hace mención a una de las construcciones más singulares y también la más desconocida de Pontevedra. El pequeño castillo situado en el acceso norte del puente del Burgo.


Conocemos diversos monumentos que han existido en nuestra ciudad gracias a los dibujos de los miembros de la Sociedad Arqueológica, dibujos conjeturales y algunos cargados, quizá, de excesivo énfasis, pero muy ilustrativos y que nos aportan gran información en su conjunto.

Entre todos estos dibujos nada se ha encontrado sobre el castillete que se encontraba en la cabecera norte del puente del Burgo.

La explicación  se debe a su desconocimiento, a la falta de toda referencia sobre el mismoya que no fue hasta el año 1933 cuando se publicaron las vistas con que el pintor Pier María Baldi ilustró el viaje de Cosme III de Médicis por la Península, cuando se pudo observar por primera vez su composición.

La acuarela de Baldi nos muestra una panorámica de Pontevedra en 1669, desde el arrabal del Burgo con el castillete en primer plano, lo que cons­tituye el mejor y único testimonio gráfico de este monumento.


Estaba formado por dos torres cilíndricas lisas con unas construcciones menores encima, de la misma planta y con un remate de media naranja. Unien­do ambas torres una bóveda de medio cañón, a modo de arco triunfal, muy propio para la entrada a una población. Parte de la bóveda que mira al arrabal del Burgo ya derruida en esa época, como se puede apreciar en la lámina de Baldi.

Gracias a un informe realizado en 1697, en el cual reconocen los maestros canteros Antonio Monteagudo y Alonso Álvarez, sabemos que la ornamenta­ción de la fachada del castillete que daba al exterior la conformaban: dos bustos que representaban a un rey y a una reina, suponemos que los monarcas reinan­tes en ese momento. En la torre de la izquierda campaban las armas del conce­jo, al igual que en la torre frontera, aunque ya habían desaparecido. En el suelo y procedente del remate de la bóveda se encontraba un escudo de España con las armas de Galicia y de Portugal y las columnas de Hércules con el lema "Plus Ultra" coronadas por un águila. La fachada que miraba a la villa conservaba, in situ, el escudo de España, bajo la figura de un águila.

La heráldica que aquí se menciona nos remite a un período acotado por los años 1580 y 1640, durante los cuales se mantuvo vigente la Unión Ibérica, cuando Portugal pasó a formar parte de la Casa de Austria. La descripción no menciona que se tratase del águila bicéfala imperial, por lo que pensaríamos que se trataba del águila de San Juan y, por consiguien­te, del emblema de los Reyes Católicos, aunque aquí no se corresponderían las columnas de Hércules del emperador (Carlos de Gante). 


Tratándose de las armas reales no cabe posibilidad de ignorancia o confusión, lo más lógico sería en pensar en un enaltecimiento de la monarquía hispana haciendo referencia a sus fundadores (Reyes Católicos) y a su glorioso continuador (Carlos I) que mediante una política matrimonial conseguirá la anexión de Portugal, así tiene más sentido la concepción de este castillete como arco triunfal que conmemora esta Unión Ibérica.

Esta singular edificación carece de parangón en la arquitectura gallega y únicamente podemos ver algo similar en los ábsides del convento de Santo Domingo de Viana do Castelo, con unas torres cilíndricas semejantes. Recordar que en esa obra participó João Lopes "o Mozo", hermano de Mateo a quien parece ser que se le puede atribuir la construcción de este arco pontevedrés, ya que por aquellos años realizaba las obras en el claustro del monasterio de Poio y estaba vinculado familiarmente con Viana do Castelo. 

Este arco triunfal se mantuvo en pie hasta los primeros años del siglo XIX, siendo derribado cuando se realizó el ensanche del camino real desde Santiago hasta Pontevedra.

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