En nuestra ciudad nos encontramos una serie de monumentos que, por no sé muy bien por qué motivos, se han dejado abandonados sin ningún tipo de interés en su mantenimiento ni recuperación (Héroes de Pontesampaio, Marinos ilustres, Eduardo Vincenti, Doctor Marescot, Cristóbal Colón...)
Sobre este último el abandono es sangrante, y ya solo me ciño a que es parte de nuestro patrimonio monumental y como tal debería de ser conservado, y si a nuestro Ayuntamiento no le interesa pues que se lo devuelva a su propietario, la Diputación Provincial (aunque creo que actualmente tampoco mostrarían mucho interés por la obra).
Esta estatua que se encuentra en los jardines que llevan su nombre, entre el Palacio Provincial y el instituto Valle Inclán, es una obra de Juan Sanmartín y Senra, realizada en 1892, quien parece ser que esculpió tres imágenes del descubridor que se ubicaron en diversas localidades.
Sanmartín había realizado tres esculturas de Colón, según cuenta María de las Mercedes Gallego Esperanza en su libro La Escultura Pública en Pontevedra. Una de ellas se situó en el Senado, otra en el Arsenal de Cartagena y otra en el Ministerio de Ultramar. Una copia de esta última se instaló en Lourizán. Las obras de Sanmartín tenían formas más suaves que otras estatuas de la época al estar concebidas para interior.
Cuando el Palacio de Montero Ríos en Lourizán fue adquirido por la Diputación se decidió emplazar aquí la estatua en el año 1949, tras un intercambio de acuerdos entre la Diputación, su propietaria, y el Concello que se hizo "depositario", que no dueño, del monumento.
Durante tres décadas el "mutilado" más famoso de la ciudad del Lérez fue Cristóbal Colón.
La mano izquierda del almirante desaparecía y aparecía cada cierto tiempo, hasta que a comienzos de los años ochenta del pasado siglo desapareció por una larga temporada.
La trastada de un niño se la había llevado por delante y cuando el interfecto andaba ya por la cuarentena decidió entregarla a un medio de comunicación local, de eso hace ya unos cuantos años. Poco después se le implantó.
En el 2013 la estatua del almirante fue sometida a un completo trabajo de restauración por un equipo multidisciplinar y recuperó todo su esplendor, peeero a día de hoy vuelve a presentar un aspecto de total abandono y deterioro. Es una obra de mármol de Carrara y considero que mejor estaría emplazada en el interior de un inmueble, tal como fue concebida, (por ejemplo en el vestíbulo del palacio provincial) protegida de las inclemencias del tiempo, así frenaríamos su deterioro.
La trastada de un niño se la había llevado por delante y cuando el interfecto andaba ya por la cuarentena decidió entregarla a un medio de comunicación local, de eso hace ya unos cuantos años. Poco después se le implantó.
En el 2013 la estatua del almirante fue sometida a un completo trabajo de restauración por un equipo multidisciplinar y recuperó todo su esplendor, peeero a día de hoy vuelve a presentar un aspecto de total abandono y deterioro. Es una obra de mármol de Carrara y considero que mejor estaría emplazada en el interior de un inmueble, tal como fue concebida, (por ejemplo en el vestíbulo del palacio provincial) protegida de las inclemencias del tiempo, así frenaríamos su deterioro.
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